Ocho años con Modric, bonita cifra

Qué rápido pasa el tiempo y más cuando éste ha transcurrido de forma tan feliz. Ocho años ya de la presentación de ese genio croata, pequeño de tamaño, grande de corazón y gigante de talento. Todavía recuerdo que inexplicablemente había gente que discutía la idoneidad del fichaje, sin duda influidos por su poca empatía con Mourinho, que fue el que lo recomendó expresamente. El portugués tenía sus cosas, ya lo sé, pero hay que reconocerle el acierto al elegir al centrocampista del Tottenham, cuyo fichaje ha terminado siendo de los más rentables de la última década.

Luka ha sido y es un eje fundamental en la sala de máquinas del Madrid triunfal de los últimos años. En esas cuatro Champions en cinco años nada hubiera sido igual sin la inteligencia táctica, la capacidad de sacrificio y la magnífica lectura de los partidos que ha sabido desplegar siempre el genio de Zadar. Él fue el que empezó a cambiar la historia con el córner de la Décima, que supo cabecear con furia su amigo Sergio Ramos. Él ha sido un inquilino de esa santísima trinidad (Casemiro-Kroos-Modric) que ha sido decisiva en los éxitos del club. A ello ha añadido un comportamiento académico y ejemplar para los jóvenes que han ido llegando al vestuario. Modric merece seguir en el Madrid hasta que él quiera. Hace ocho años ya. Esa cifra me trae grandes recuerdos…

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