La historia interminable de Luka Modric: 135 partidos con Croacia, 180 minutos… y descanso ante Malta

Luka Modric añadió una nueva muesca a su brillante currículum deportivo. El medio del Real Madrid disputó ante Chipre su partido oficial número 135 con Croacia, superando el récord que detentaba Dario Srna. Luka cumple así su sueño de seguir haciendo historia con su selección, a la que llevó al subcampeonato del mundo en la cita de Rusia 2018.

Modric, de 35 años, atraviesa una segunda juventud en una carrera profesional que inició en 2003 en las filas del Zrinjski Mostar croata. Sólo tres años después, el 1 de marzo de 2006, debutó con la selección absoluta de su país, en un partido contra Argentina que el combinado balcánico ganó por 3-2. Con su país ha disputado tres Mundiales y tres Eurocopas, que el futbolista de Zardar espera ampliar en las próximas citas de la Euro 2020 y Qatar 2022.

Su mayor logro fue el subcampeonato del mundo que alcanzó en Rusia 2018, torneo en el que fue elegido mejor futbolista del torneo y que supuso el trampolín definitivo a la mayor conquista individual de su carrera, el Balón de Oro que recibió en el invierno de ese mismo año, y que también premió en cierto modo su contribución al ciclo imperial del Real Madrid en la Copa de Europa, con cuatro títulos entre 2014 y 2018.

Modric celebró su récord con una victoria ante Chipre (1-0) que alivia a Croacia tras la derrota ante Eslovenia, también por la mínima. El madridista jugó los dos partidos completos: 180 minutos. En principio, descansará el martes ante Malta.

Con su récord de internacionalidades por Croacia, Modric cumple uno de los retos que se había marcado para la recta final de su carrera al tiempo que se prepara para el otro gran desafío en su horizonte, que no es otro que retirarse en el Madrid. Con un acuerdo para seguir de blanco hasta 2022, Modric, pese a su edad, sigue siendo una pieza clave en los esquemas de Zinedine Zidane, hasta el punto de ser el tercer jugador más utilizado por el técnico blanco. Y todo ello en una temporada en la que la llegada de Odegaard parecía amenazar la jerarquía del futbolista de Zadar.

Nada más lejos de la realidad. Modric no ha hecho sino incrementar su importancia en el Madrid, lo que obligó al noruego a hacer nuevamente las maletas en busca de un destino que le ofreciera los minutos que Modric le negaba en Madrid.

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