bookmark_borderNecesitábamos esta alegría y una tregua

Somos así, va en nuestro ADN. Excesivos, tremendistas e irracionales. Extremistas con nuestra postura, pasionales para defenderla y ventajistas para confirmarla. Si además andan de por medio un balón de fútbol y nuestro equipo los síntomas se agravan. Sólo en España se silba a un jugador de España. Sólo en España se piden dimisiones cuando ni siquiera ha acabado la primera fase. Sólo en España se pasa del negro al blanco en un segundo, para qué queremos grises. Sólo en España somos capaces de batir el récord goleador de esta Eurocopa y nuestro mejor registro anotador de siempre en grandes torneos después de dos ejercicios de impotencia ante la portería contraria, con dos penaltis fallados. Sólo en España el único que se va de una goleada tan rotunda sin un gol en su casillero y con un penalti fallado es el que más lo necesita, nuestro presunto goleador. Ay, Morata.

Somos así, y no vamos a cambiar. Pero necesitábamos esta alegría todos: los futbolistas, el seleccionador y una afición un tanto desconectada. Me temo que ahora faltan dos minutos para que empecemos a inflar el suflé de la euforia. A preguntarnos con quién ha empatado Croacia, ‘analizando’ que si le quitas a Modric los subcampeones del mundo no son para tanto. Habrá una tregua hasta el lunes pero la realidad es que seguimos divididos. Por eso nos cuesta tanto consolidar proyectos de futuro como el actual, porque somos nuestro peor enemigo, impacientes que sólo animan con viento a favor. Así ayudamos poco a una selección joven e inexperta como la de Luis Enrique. Dar palmas sólo cuando llegan los goles no tiene mérito.

bookmark_borderBusquets calla bocas y da la razón a Luis Enrique por la espera

El positivo por Covid 19 de Sergio Busquets fue un golpe muy duro para Luis Enrique, que iba más allá del posible rendimiento del mediocentro sobre el terreno de juego. Era el capitán y no uno cualquiera, era el primero después de una década de Sergio Ramos dentro del grupo, muchos de ellos como el jefe del equipo, puesto que tenía que ocupar el azulgrana sí o sí y que el Covid amenazó con no dejarle ejercer.

Luis Enrique lo pensó, escuchó a los que sabían (médicos) y decidió esperar al capitán, al hombre que iba a ser referencia. Fue criticado por eso, bueno por todo, pero el técnico sabía lo que hacía. Ha sido aparecer el jugador del Barcelona y la selección cambiar por completo. Dio orden y sentido a todo lo que se hizo sobre el verde, pero también dio seguridad al resto de internacionales españoles.

El seleccionador apostó fuerte, pero un solo partido ha bastado para justiicar esos diez días de incertidumbre que vivió la selección y el propio jugador esperando que las pruebas resultaran negativas. Luis Enrique arriesgó y los motivos han quedado patentes.

En su regreso al equipo titular, el azulgrana aportó el orden y presencia. El azulgrana fue el primero que buscó a Kuipers para pedir el penalti que habían cometido sobre Koke. Ejerció de capitán y esa protesta acabó con el penalti del que dispuso y falló España.

Busquets estuvo 71 minutos sobre el terreno de juego, completando 45 pases, con una precisión del 88 por ciento, viendo una tarjeta amarilla, que le puede condicionar un tanto a partir de ahora, ya que una segunda significaría un partido de castigonhasta semifinales.

Busquets fue elegido por la UEFA como el mejor jugador del partido. A recoger el premio no pudo ocultar la emoción por todo lo vivido en las dos últimas semanas. «Hoy ha sido un subidón para todos, para nosotros, para el público… Lo he pasado bastante mal, diez días en casa, no sabía si podía volver o no. Ahora que venga lo que sea».

Busquets no escondió su alegría por una goleada que llega en el mejor momento. «Yo creo que era lo que necesitábamos, hemos salido enchufados desde el inicio y cuando estamos así somos fuertes. ¿El gol? Hemos seguido intentándolo, hemos tenido suerte en el primer gol con su portero y todo ha ido rodado. Tenemos confianza, ojalá nos vaya bien, vamos a prepararnos para la siguiente ronda«. En Copenhague ya espera la Croacia de Luka Modric y compañía.

bookmark_borderEl equipo antes de todo…y de todos

Desde el mismo momento en el que Luis Enrique cerró su lista de convocados, en su cabeza tenía la idea de que para ganar la Eurocopa era necesario y hasta imprescindible, prescindir de algunos jugadores, de gestos que pudieran romper la convivencia del grupo. Eso era lo que estaba al alcance de la mano del seleccionador, no así todo lo que ha pasado a posteriori y que ha puesto a prueba a jugadores, técnicos y el resto de empleados que están alrededor de la España futbolística.

«Formo parte de un grupo de 24 jugadores y treinta y pico del staff, que aunque se dice siempre y es un topicazo, forma una familia. Nos han pasado multitud de cosas, no todas ellas positivas. Las hemos sabido solventar y el espíritu que se vive dentro de la selección es de mucha ilusión de mejorar, de ayudarnos. Uno cuando forma parte de un grupo es la mejor sensación, la más bonita. Cuando desaparece la palabra ego y aparece la palabra equipo, que empieza igual, pero que tiene otras letras diferentes, es una maravilla formar parte de ese equipo, no solo formado por futbolista, si no formado por mucha gente de muchos sectores, con muchas ganas de ayudar a España», afirmó el seleccionador tras el partido y después de ser preguntado por la felicidad que mostraba durante y después de lograr el pase a los cuartos de final.

La lista, el inicio de todo

La lista y la ausencia de Sergio Ramos fue el primer momento tenso en el camino de la Eurocopa. El seleccionador dio sus motivos para no contar con el entonces madridista, algo que alertó a muchos sectores del Real Madrid y que pasaron a considerarlo como enemigo de lo blanco por la ausencia del capitán y de Nacho. Si hubiera sido al revés, las críticas habrían llegado en la otra dirección. Algo parecido sucedió con el Celta e incluso con el Sevilla por Iago Aspas y Jesús Navas respectivamente. El técnico habló del equipo y los egos. Las interpretaciones son libres, pero todo coincide.

El Wanda y los gritos

El siguiente incidente llegó de la mano de los gritos en contra de Morata en el Wanda Metropolitano. Luis Enrique se puso por delante y pidió que los pitos y críticas fueran hacia él y que no señalaran a los jugadores, que lo único que podía conseguir era poner en duda el juego de los internacionales. Esa defensa gustó en el grupo, que lo tomaron como el primer mensaje de la imprescindible unidad.

Busquets, adiós al capitán

El positivo de Sergio Busquets y el episodio de Diego Llorente fue el siguiente escenario que se encontró la selección ya en plena concentración. El capitán, el que iba a ser la referencia tuvo que salir de Las Rozas en ambulancia, creando un estado de shock en la concentración. Los jugadores estuvieron durante una semana entrenando en solitario y no pudieron jugar ante Lituania. Incluso la Sub 21 tuvo que ser reclutada por si acaso, junto a jugadores como Albiol. Kepa, Brais Méndez…Todos acudieron a la llamada e hicieron piña a la distancia.

La vacuna, asunto de estado

Mientras, la vacuna se convirtió en asunto de estado, de debate parlamentario y de bar con b. Todo el mundo tenía su opinión. Luis Enrique exigió que todo aquel que estuviera en el staff fuera vacunado, algo a lo que en un principio sólo estaba reservado a los jugadores. El seleccionador tenía claro que la familia no puede dejar a nadie tirado y así procedió. El que no se quiso vacunar fue un Luis Rubiales que en todo momento ha confiado en el trabajo del técnico. Antes y ahora.

La competición se inició y los empates ante Suecia y Polonia, abrieron más debates con Morata de gran protagonista. «Jugarán Morata y diez más» afirmó el entrenador y el tiempo le ha dado la razón. Otro gesto que caló en el grupo.

El primer partido decisivo, el de Eslovaquia, llegó con la familia más unida que nunca. Gestos, carantoñas, besos… todo valía para mostrar lo que era el equipo. Goleada y subidón de confianza.

Los octavos pusieron a Croacia en el camino, pero lo que no se esperaba nadie es que se empezara el partido con regalo para los de Modric. Primer golpe, pero los jugadores seguían creyendo en lo que hacían y así llegaron los goles. Pero el fútbol no entiende de euforias y Croacia empató cuando nadie lo esperaba.

El resultado, una piña

La familia lejos de venirse abajo tiró de recursos. Apareció Unai Simón para enmendar lo que había hecho mal, para mas tarde ser Dani Olmo el que se puso a poner balones de gol, justo lo que logró Morata, sí el señalado y defendido por Luis Enrique. La piña fue espectacular. Todos tienen sitio en ella. La familia y uno más, como la película.

bookmark_borderEl equipo antes de todo…y de todos

Desde el mismo momento en el que Luis Enrique cerró su lista de convocados, en su cabeza tenía la idea de que para ganar la Eurocopa era necesario y hasta imprescindible, prescindir de algunos jugadores, de gestos que pudieran romper la convivencia del grupo. Eso era lo que estaba al alcance de la mano del seleccionador, no así todo lo que ha pasado a posteriori y que ha puesto a prueba a jugadores, técnicos y el resto de empleados que están alrededor de la España futbolística.

«Formo parte de un grupo de 24 jugadores y treinta y pico del staff, que aunque se dice siempre y es un topicazo, forma una familia. Nos han pasado multitud de cosas, no todas ellas positivas. Las hemos sabido solventar y el espíritu que se vive dentro de la selección es de mucha ilusión de mejorar, de ayudarnos. Uno cuando forma parte de un grupo es la mejor sensación, la más bonita. Cuando desaparece la palabra ego y aparece la palabra equipo, que empieza igual, pero que tiene otras letras diferentes, es una maravilla formar parte de ese equipo, no solo formado por futbolista, si no formado por mucha gente de muchos sectores, con muchas ganas de ayudar a España», afirmó el seleccionador tras el partido y después de ser preguntado por la felicidad que mostraba durante y después de lograr el pase a los cuartos de final.

La lista, el inicio de todo

La lista y la ausencia de Sergio Ramos fue el primer momento tenso en el camino de la Eurocopa. El seleccionador dio sus motivos para no contar con el entonces madridista, algo que alertó a muchos sectores del camsieta Real Madrid tailandia y que pasaron a considerarlo como enemigo de lo blanco por la ausencia del capitán y de Nacho. Si hubiera sido al revés, las críticas habrían llegado en la otra dirección. Algo parecido sucedió con el Celta e incluso con el Sevilla por Iago Aspas y Jesús Navas respectivamente. El técnico habló del equipo y los egos. Las interpretaciones son libres, pero todo coincide.

El Wanda y los gritos

El siguiente incidente llegó de la mano de los gritos en contra de Morata en el Wanda Metropolitano. Luis Enrique se puso por delante y pidió que los pitos y críticas fueran hacia él y que no señalaran a los jugadores, que lo único que podía conseguir era poner en duda el juego de los internacionales. Esa defensa gustó en el grupo, que lo tomaron como el primer mensaje de la imprescindible unidad.

Busquets, adiós al capitán

El positivo de Sergio Busquets y el episodio de Diego Llorente fue el siguiente escenario que se encontró la selección ya en plena concentración. El capitán, el que iba a ser la referencia tuvo que salir de Las Rozas en ambulancia, creando un estado de shock en la concentración. Los jugadores estuvieron durante una semana entrenando en solitario y no pudieron jugar ante Lituania. Incluso la Sub 21 tuvo que ser reclutada por si acaso, junto a jugadores como Albiol. Kepa, Brais Méndez…Todos acudieron a la llamada e hicieron piña a la distancia.

La vacuna, asunto de estado

Mientras, la vacuna se convirtió en asunto de estado, de debate parlamentario y de bar con b. Todo el mundo tenía su opinión. Luis Enrique exigió que todo aquel que estuviera en el staff fuera vacunado, algo a lo que en un principio sólo estaba reservado a los jugadores. El seleccionador tenía claro que la familia no puede dejar a nadie tirado y así procedió. El que no se quiso vacunar fue un Luis Rubiales que en todo momento ha confiado en el trabajo del técnico. Antes y ahora.

La competición se inició y los empates ante Suecia y Polonia, abrieron más debates con Morata de gran protagonista. «Jugarán Morata y diez más» afirmó el entrenador y el tiempo le ha dado la razón. Otro gesto que caló en el grupo.

El primer partido decisivo, el de Eslovaquia, llegó con la familia más unida que nunca. Gestos, carantoñas, besos… todo valía para mostrar lo que era el equipo. Goleada y subidón de confianza.

Los octavos pusieron a Croacia en el camino, pero lo que no se esperaba nadie es que se empezara el partido con regalo para los de Modric. Primer golpe, pero los jugadores seguían creyendo en lo que hacían y así llegaron los goles. Pero el fútbol no entiende de euforias y Croacia empató cuando nadie lo esperaba.

El resultado, una piña

La familia lejos de venirse abajo tiró de recursos. Apareció Unai Simón para enmendar lo que había hecho mal, para mas tarde ser Dani Olmo el que se puso a poner balones de gol, justo lo que logró Morata, sí el señalado y defendido por Luis Enrique. La piña fue espectacular. Todos tienen sitio en ella. La familia y uno más, como la película.

bookmark_borderLuka Modric se cruza en el camino de la España de Luis Enrique

Tras las dudas y miedos aparecidos tras la falta de puntería de los dos primeros partidos y el fallo del penalti de Morata ante Eslovaquia, España goleó a Eslovaquia y ya está en octavos de final con camiseta Croacia tailandia como rival. La cita será el próximo lunes en el Prken Stadium de Conpenhague a las seis de la tarde.

El equipo balcánico está liderado una vez más por el incombustible Luka Modric, vital en la clasificación de su selecciòn para el cuadro de los dieciséis mejores equipos de la Eurocopa. Su gol ante Escocia cuando peor pintaban las cosas para la subcampeona del mundo, se transformó en el pasaporte para los octavosd de final.

La de Modric es una selección veterana con jugadores como Perisic, Lovren, Vida, o Kovacic que ya tuvieron un papel destacado en el Mundial. Al frente del equip continúa Zlato Dalic. El fuerte del equipo es la lucha y el no bajar los brazos en momento alguno, Su juego gira alrededor de Modric, que se mueve por detrás de los puntas e incluso de mediocentro cuando decide empezar a construir desde atrás.

Croacia fue rival de España en la Eurocopa de 2016. Era el partido que cerraba la fase de grupo tras las dos triunfos españoles. La victoria del equipo croata llevó a España a enfrentarse a Italia en París, cayendo eiminada.

En la primera edición de la Liga de las Naciones, ambas selecciones se enfrentaron con Luis Enrique en el banquillo. Goleada en Elche y derrota en Zagreb.

bookmark_borderNecesitábamos esta alegría y una tregua

Somos así, va en nuestro ADN. Excesivos, tremendistas e irracionales. Extremistas con nuestra postura, pasionales para defenderla y ventajistas para confirmarla. Si además andan de por medio un balón de fútbol y nuestro equipo los síntomas se agravan. Sólo en España se silba a un jugador de España. Sólo en España se piden dimisiones cuando ni siquiera ha acabado la primera fase. Sólo en España se pasa del negro al blanco en un segundo, para qué queremos grises. Sólo en España somos capaces de batir el récord goleador de esta Eurocopa y nuestro mejor registro anotador de siempre en grandes torneos después de dos ejercicios de impotencia ante la portería contraria, con dos penaltis fallados. Sólo en España el único que se va de una goleada tan rotunda sin un gol en su casillero y con un penalti fallado es el que más lo necesita, nuestro presunto goleador. Ay, Morata.

Somos así, y no vamos a cambiar. Pero necesitábamos esta alegría todos: los futbolistas, el seleccionador y una afición un tanto desconectada. Me temo que ahora faltan dos minutos para que empecemos a inflar el suflé de la euforia. A preguntarnos con quién ha empatado Croacia, ‘analizando’ que si le quitas a Modric los subcampeones del mundo no son para tanto. Habrá una tregua hasta el lunes pero la realidad es que seguimos divididos. Por eso nos cuesta tanto consolidar proyectos de futuro como el actual, porque somos nuestro peor enemigo, impacientes que sólo animan con viento a favor. Así ayudamos poco a una selección joven e inexperta como la de Luis Enrique. Dar palmas sólo cuando llegan los goles no tiene mérito.