bookmark_borderBusquets calla bocas y da la razón a Luis Enrique por la espera

El positivo por Covid 19 de Sergio Busquets fue un golpe muy duro para Luis Enrique, que iba más allá del posible rendimiento del mediocentro sobre el terreno de juego. Era el capitán y no uno cualquiera, era el primero después de una década de Sergio Ramos dentro del grupo, muchos de ellos como el jefe del equipo, puesto que tenía que ocupar el azulgrana sí o sí y que el Covid amenazó con no dejarle ejercer.

Luis Enrique lo pensó, escuchó a los que sabían (médicos) y decidió esperar al capitán, al hombre que iba a ser referencia. Fue criticado por eso, bueno por todo, pero el técnico sabía lo que hacía. Ha sido aparecer el jugador del Barcelona y la selección cambiar por completo. Dio orden y sentido a todo lo que se hizo sobre el verde, pero también dio seguridad al resto de internacionales españoles.

El seleccionador apostó fuerte, pero un solo partido ha bastado para justiicar esos diez días de incertidumbre que vivió la selección y el propio jugador esperando que las pruebas resultaran negativas. Luis Enrique arriesgó y los motivos han quedado patentes.

En su regreso al equipo titular, el azulgrana aportó el orden y presencia. El azulgrana fue el primero que buscó a Kuipers para pedir el penalti que habían cometido sobre Koke. Ejerció de capitán y esa protesta acabó con el penalti del que dispuso y falló España.

Busquets estuvo 71 minutos sobre el terreno de juego, completando 45 pases, con una precisión del 88 por ciento, viendo una tarjeta amarilla, que le puede condicionar un tanto a partir de ahora, ya que una segunda significaría un partido de castigonhasta semifinales.

Busquets fue elegido por la UEFA como el mejor jugador del partido. A recoger el premio no pudo ocultar la emoción por todo lo vivido en las dos últimas semanas. «Hoy ha sido un subidón para todos, para nosotros, para el público… Lo he pasado bastante mal, diez días en casa, no sabía si podía volver o no. Ahora que venga lo que sea».

Busquets no escondió su alegría por una goleada que llega en el mejor momento. «Yo creo que era lo que necesitábamos, hemos salido enchufados desde el inicio y cuando estamos así somos fuertes. ¿El gol? Hemos seguido intentándolo, hemos tenido suerte en el primer gol con su portero y todo ha ido rodado. Tenemos confianza, ojalá nos vaya bien, vamos a prepararnos para la siguiente ronda«. En Copenhague ya espera la Croacia de Luka Modric y compañía.

bookmark_borderEl equipo antes de todo…y de todos

Desde el mismo momento en el que Luis Enrique cerró su lista de convocados, en su cabeza tenía la idea de que para ganar la Eurocopa era necesario y hasta imprescindible, prescindir de algunos jugadores, de gestos que pudieran romper la convivencia del grupo. Eso era lo que estaba al alcance de la mano del seleccionador, no así todo lo que ha pasado a posteriori y que ha puesto a prueba a jugadores, técnicos y el resto de empleados que están alrededor de la España futbolística.

«Formo parte de un grupo de 24 jugadores y treinta y pico del staff, que aunque se dice siempre y es un topicazo, forma una familia. Nos han pasado multitud de cosas, no todas ellas positivas. Las hemos sabido solventar y el espíritu que se vive dentro de la selección es de mucha ilusión de mejorar, de ayudarnos. Uno cuando forma parte de un grupo es la mejor sensación, la más bonita. Cuando desaparece la palabra ego y aparece la palabra equipo, que empieza igual, pero que tiene otras letras diferentes, es una maravilla formar parte de ese equipo, no solo formado por futbolista, si no formado por mucha gente de muchos sectores, con muchas ganas de ayudar a España», afirmó el seleccionador tras el partido y después de ser preguntado por la felicidad que mostraba durante y después de lograr el pase a los cuartos de final.

La lista, el inicio de todo

La lista y la ausencia de Sergio Ramos fue el primer momento tenso en el camino de la Eurocopa. El seleccionador dio sus motivos para no contar con el entonces madridista, algo que alertó a muchos sectores del Real Madrid y que pasaron a considerarlo como enemigo de lo blanco por la ausencia del capitán y de Nacho. Si hubiera sido al revés, las críticas habrían llegado en la otra dirección. Algo parecido sucedió con el Celta e incluso con el Sevilla por Iago Aspas y Jesús Navas respectivamente. El técnico habló del equipo y los egos. Las interpretaciones son libres, pero todo coincide.

El Wanda y los gritos

El siguiente incidente llegó de la mano de los gritos en contra de Morata en el Wanda Metropolitano. Luis Enrique se puso por delante y pidió que los pitos y críticas fueran hacia él y que no señalaran a los jugadores, que lo único que podía conseguir era poner en duda el juego de los internacionales. Esa defensa gustó en el grupo, que lo tomaron como el primer mensaje de la imprescindible unidad.

Busquets, adiós al capitán

El positivo de Sergio Busquets y el episodio de Diego Llorente fue el siguiente escenario que se encontró la selección ya en plena concentración. El capitán, el que iba a ser la referencia tuvo que salir de Las Rozas en ambulancia, creando un estado de shock en la concentración. Los jugadores estuvieron durante una semana entrenando en solitario y no pudieron jugar ante Lituania. Incluso la Sub 21 tuvo que ser reclutada por si acaso, junto a jugadores como Albiol. Kepa, Brais Méndez…Todos acudieron a la llamada e hicieron piña a la distancia.

La vacuna, asunto de estado

Mientras, la vacuna se convirtió en asunto de estado, de debate parlamentario y de bar con b. Todo el mundo tenía su opinión. Luis Enrique exigió que todo aquel que estuviera en el staff fuera vacunado, algo a lo que en un principio sólo estaba reservado a los jugadores. El seleccionador tenía claro que la familia no puede dejar a nadie tirado y así procedió. El que no se quiso vacunar fue un Luis Rubiales que en todo momento ha confiado en el trabajo del técnico. Antes y ahora.

La competición se inició y los empates ante Suecia y Polonia, abrieron más debates con Morata de gran protagonista. «Jugarán Morata y diez más» afirmó el entrenador y el tiempo le ha dado la razón. Otro gesto que caló en el grupo.

El primer partido decisivo, el de Eslovaquia, llegó con la familia más unida que nunca. Gestos, carantoñas, besos… todo valía para mostrar lo que era el equipo. Goleada y subidón de confianza.

Los octavos pusieron a Croacia en el camino, pero lo que no se esperaba nadie es que se empezara el partido con regalo para los de Modric. Primer golpe, pero los jugadores seguían creyendo en lo que hacían y así llegaron los goles. Pero el fútbol no entiende de euforias y Croacia empató cuando nadie lo esperaba.

El resultado, una piña

La familia lejos de venirse abajo tiró de recursos. Apareció Unai Simón para enmendar lo que había hecho mal, para mas tarde ser Dani Olmo el que se puso a poner balones de gol, justo lo que logró Morata, sí el señalado y defendido por Luis Enrique. La piña fue espectacular. Todos tienen sitio en ella. La familia y uno más, como la película.

bookmark_borderEl equipo antes de todo…y de todos

Desde el mismo momento en el que Luis Enrique cerró su lista de convocados, en su cabeza tenía la idea de que para ganar la Eurocopa era necesario y hasta imprescindible, prescindir de algunos jugadores, de gestos que pudieran romper la convivencia del grupo. Eso era lo que estaba al alcance de la mano del seleccionador, no así todo lo que ha pasado a posteriori y que ha puesto a prueba a jugadores, técnicos y el resto de empleados que están alrededor de la España futbolística.

«Formo parte de un grupo de 24 jugadores y treinta y pico del staff, que aunque se dice siempre y es un topicazo, forma una familia. Nos han pasado multitud de cosas, no todas ellas positivas. Las hemos sabido solventar y el espíritu que se vive dentro de la selección es de mucha ilusión de mejorar, de ayudarnos. Uno cuando forma parte de un grupo es la mejor sensación, la más bonita. Cuando desaparece la palabra ego y aparece la palabra equipo, que empieza igual, pero que tiene otras letras diferentes, es una maravilla formar parte de ese equipo, no solo formado por futbolista, si no formado por mucha gente de muchos sectores, con muchas ganas de ayudar a España», afirmó el seleccionador tras el partido y después de ser preguntado por la felicidad que mostraba durante y después de lograr el pase a los cuartos de final.

La lista, el inicio de todo

La lista y la ausencia de Sergio Ramos fue el primer momento tenso en el camino de la Eurocopa. El seleccionador dio sus motivos para no contar con el entonces madridista, algo que alertó a muchos sectores del camsieta Real Madrid tailandia y que pasaron a considerarlo como enemigo de lo blanco por la ausencia del capitán y de Nacho. Si hubiera sido al revés, las críticas habrían llegado en la otra dirección. Algo parecido sucedió con el Celta e incluso con el Sevilla por Iago Aspas y Jesús Navas respectivamente. El técnico habló del equipo y los egos. Las interpretaciones son libres, pero todo coincide.

El Wanda y los gritos

El siguiente incidente llegó de la mano de los gritos en contra de Morata en el Wanda Metropolitano. Luis Enrique se puso por delante y pidió que los pitos y críticas fueran hacia él y que no señalaran a los jugadores, que lo único que podía conseguir era poner en duda el juego de los internacionales. Esa defensa gustó en el grupo, que lo tomaron como el primer mensaje de la imprescindible unidad.

Busquets, adiós al capitán

El positivo de Sergio Busquets y el episodio de Diego Llorente fue el siguiente escenario que se encontró la selección ya en plena concentración. El capitán, el que iba a ser la referencia tuvo que salir de Las Rozas en ambulancia, creando un estado de shock en la concentración. Los jugadores estuvieron durante una semana entrenando en solitario y no pudieron jugar ante Lituania. Incluso la Sub 21 tuvo que ser reclutada por si acaso, junto a jugadores como Albiol. Kepa, Brais Méndez…Todos acudieron a la llamada e hicieron piña a la distancia.

La vacuna, asunto de estado

Mientras, la vacuna se convirtió en asunto de estado, de debate parlamentario y de bar con b. Todo el mundo tenía su opinión. Luis Enrique exigió que todo aquel que estuviera en el staff fuera vacunado, algo a lo que en un principio sólo estaba reservado a los jugadores. El seleccionador tenía claro que la familia no puede dejar a nadie tirado y así procedió. El que no se quiso vacunar fue un Luis Rubiales que en todo momento ha confiado en el trabajo del técnico. Antes y ahora.

La competición se inició y los empates ante Suecia y Polonia, abrieron más debates con Morata de gran protagonista. «Jugarán Morata y diez más» afirmó el entrenador y el tiempo le ha dado la razón. Otro gesto que caló en el grupo.

El primer partido decisivo, el de Eslovaquia, llegó con la familia más unida que nunca. Gestos, carantoñas, besos… todo valía para mostrar lo que era el equipo. Goleada y subidón de confianza.

Los octavos pusieron a Croacia en el camino, pero lo que no se esperaba nadie es que se empezara el partido con regalo para los de Modric. Primer golpe, pero los jugadores seguían creyendo en lo que hacían y así llegaron los goles. Pero el fútbol no entiende de euforias y Croacia empató cuando nadie lo esperaba.

El resultado, una piña

La familia lejos de venirse abajo tiró de recursos. Apareció Unai Simón para enmendar lo que había hecho mal, para mas tarde ser Dani Olmo el que se puso a poner balones de gol, justo lo que logró Morata, sí el señalado y defendido por Luis Enrique. La piña fue espectacular. Todos tienen sitio en ella. La familia y uno más, como la película.

bookmark_borderRodri, en AS: «Tenemos mejor equipo que el Real Madrid»

A Rodrigo Hernández Cascante (23 años) le costó más dejar el Atleti, el equipo que le dio todo, que asentarse en el Manchester City, tarea nada sencilla. Es un fijo para Guardiola como lo fue para Simeone, y de todo eso, de la vuelta de Champions contra el Madrid o de la Selección habló en La Futbolería de AS (AS TV).

¿Cómo se encuentra, ahora que regresa el fútbol?

Estoy contento de volver a la rutina, dejar un poco atrás todo este periodo que se ha hecho tan largo para todos. A los que somos futboleros nos llena de alegría y, por supuesto, a los que nos dedicamos a ello.

Tras fichar por el City, Guardiola le ensalzó por su fútbol y por su apariencia. ¡Hasta lleva la camiseta por dentro, impoluto!

Es cierto que es un terreno común, al menos en los españoles, que no somos muy llamativos, aunque lo importante de un buen medio centro es lo que desarrollas en el campo. Estoy teniendo mucha suerte en mi aún corta carrera, siendo entrenado por Simeone y Guardiola, porque los dos han jugado en ese puesto y lo transmiten como nadie. Soy una esponja que va aprendiendo de cada uno. Que me vean así a una edad tan temprana es increíble.

Su adaptación ha sido meteórica, y eso que Pep le exige mucho. Incluso está haciendo más goles, que es algo que se le pedía por su potencial.

La adaptación, el reto y la motivación las tienes que llevar por dentro, sabiendo la gran apuesta que ha hecho el club por ti. Nunca pensé que se pudiera pagar esa cantidad (70M€). Tenía clarísimo que tenía que estar el día uno, a pesar de todo lo que se habló con el Europeo Sub-21. Fue una decisión muy difícil y dolorosa, pero quería aportar lo mejor de mí. Venía a un equipo ganador y tenía que hacerme un hueco, ganarme la confianza del míster y saber, sobre todo, lo que podía dar al equipo. Cuando te rodeas de estos jugadores es más fácil todo, pero siempre te penaliza un poco al principio ir a una liga nueva, avanzar a ciegas en los primeros partidos porque no sabes cómo es el ritmo. Me costó un par de semanas coger el tranquillo, pero poco a poco me hice con ritmo tanto del equipo como de la Premier.

Simeone y Guardiola, en cuanto a método, son la noche y el día. ¿Lo nota?

Mucha gente piensa que son polos opuestos y que no tienen nada que ver, pero veo similitudes: son muy intensos, muy trabajadores, hacen que des lo mejor de ti todos los días, se toman los entrenamientos como si fuera competición porque es una oportunidad de aprender, te quieren al 100%, pendiente. A partir de ahí, cada uno tiene su manera de entender el fútbol y transmitirlo, y esto último me parece lo más difícil. Soy un afortunado porque la labor de ambos me ha completado como jugador.

Se podría decir que son el que mejor ataca y el que mejor defiende. Quieren ganar, pero su camino para ello es distinto.

Son diferentes maneras de entender cuál es la mejor forma de atacar y defender. Simeone interpreta que es tener las líneas juntas, estar arropados, con jugadores físicos, y así es muy difícil que el contrario penetre. Con Guardiola la idea, y estoy de acuerdo, es que la mejor forma de defender es tener el balón porque, por narices, el rival no te está atacando. Su objetivo es el mismo.

¿Ha soñado o pensado volver de nuevo al Atleti?

Si soy sincero, no sé dónde estaré en el futuro, como cuando salí cuando era niño, que no pensaba que volvería. Se tienen que dar las condiciones para ello, pero en su día fue un sueño regresar adonde siempre soñé debutar, que es mi casa. Estás aquí y allá, pero sientes los colores de una forma u otra. Tuve la suerte de jugar en un equipo que sentía de verdad, que me lo ha dado todo, y no fue fácil salir. Nunca descarto volver porque es un club único y, cuando estás ahí, ves la dimensión que tiene, esa afición…

En el Atleti pensaba qué hacer sin la pelota y en el City, qué hacer con ella.

Sí, y además cada partido es un mundo, no siempre lo planteas igual, depende también del estado de los jugadores, si hay confianza… Tengo unas características específicas y juegue con uno u otro aporto mi fútbol, no sé hacerlo de otra manera: participar, querer siempre el balón, ser una solución siempre para los centrales y conectarlos con los medios. No ha cambiado mucho mi rol desde el Atleti: manejar, ser profundo, sumar pases, que se juegue en campo contrario…

Entre los referentes en su puesto están Redondo y Schuster. ¿Les ha visto?

En vivo no, por la edad. Soy de las generaciones de Vieira, Makélélé… Estos son un poco antes, pero viendo las imágenes se nota que tenían algo diferente. Ahora es más difícil marcar la diferencia que en esa época.

«Me gusta más jugar de pivote, queriendo el balón, siendo una solución para los centrales y conectarlos con los medios…»
¿De medio centro prefiere jugar solo o en doble pivote?