bookmark_borderNecesitábamos esta alegría y una tregua

Somos así, va en nuestro ADN. Excesivos, tremendistas e irracionales. Extremistas con nuestra postura, pasionales para defenderla y ventajistas para confirmarla. Si además andan de por medio un balón de fútbol y nuestro equipo los síntomas se agravan. Sólo en España se silba a un jugador de España. Sólo en España se piden dimisiones cuando ni siquiera ha acabado la primera fase. Sólo en España se pasa del negro al blanco en un segundo, para qué queremos grises. Sólo en España somos capaces de batir el récord goleador de esta Eurocopa y nuestro mejor registro anotador de siempre en grandes torneos después de dos ejercicios de impotencia ante la portería contraria, con dos penaltis fallados. Sólo en España el único que se va de una goleada tan rotunda sin un gol en su casillero y con un penalti fallado es el que más lo necesita, nuestro presunto goleador. Ay, Morata.

Somos así, y no vamos a cambiar. Pero necesitábamos esta alegría todos: los futbolistas, el seleccionador y una afición un tanto desconectada. Me temo que ahora faltan dos minutos para que empecemos a inflar el suflé de la euforia. A preguntarnos con quién ha empatado Croacia, ‘analizando’ que si le quitas a Modric los subcampeones del mundo no son para tanto. Habrá una tregua hasta el lunes pero la realidad es que seguimos divididos. Por eso nos cuesta tanto consolidar proyectos de futuro como el actual, porque somos nuestro peor enemigo, impacientes que sólo animan con viento a favor. Así ayudamos poco a una selección joven e inexperta como la de Luis Enrique. Dar palmas sólo cuando llegan los goles no tiene mérito.

bookmark_borderKovacic, el escudero de Modric: «Le llamas a las tres de la madrugada para entrenar y va corriendo»

Mateo Kovacic apenas fue protagonista en el equipo de Croacia que llegó a la final del Mundial. Con 24 años y tres Champions en la cita de 2018, su suplencia en el Real Madrid le relegó a un papel secundario en su equipo nacional. Verse en el banquillo en la primera fase de Rusia le hizo reflexionar sobre su carrera, su futuro y desde la misma concentración de camiseta Croacia tailandia pidió abandonar el Real Madrid. «Necesito jugar más y es el momento de marcharme», dijo en la entrevista con MARCA en la que pedía su salida. El Chelsea fue su destino.

El tiempo le da la razón

Tres años después, el tiempo le ha dado la razón y de Kovacic se puede decir que es uno de los pocos jugadores que ha seguido creciendo tras dejar el Real Madrid. Mateo ya no tiene tres Champions, sino cuatro tras la conseguida este año con el Chelsea, donde es capitán general con Tuchel. Una lesión le impidió ser titular en la final ante el City, pero el croata es un jugador capital para el Chelsea.

Con Croacia, su objetivo también está más que cumplido. Kovacic es el escudero de Luka Modric en la medular, la locomotora de Croacia, el futbolista que auxilia a todos sus compañeros con y sin balón. A la hora de defender, es el primero en presionar, replegar o meter la pierna. Con la pelota, su dinamismo ofrece siempre al equipo un la salida rápida de balón. Tampoco ha perdido su verticalidad, con esas arrancadas tan características suyas y que se hicieron famosas con la camiseta del Real Madrid.

Con 29,8 kilómetros, es el jugador de Croacia que más distancia ha recorrido en la primera fase, de la que solo se ha perdido 12 minutos. Hablamos de un titular indiscutible y un jugador clave en la fase de construcción: 87% de acierto en el pase, con 174 pases buenos de 198. Un seguro de vida.

En el campo no se encontrará a jugadores del Real Madrid, ausentes en la lista de Luis Enrique, pero sí a compañeros y ex como Azpilicueta y Álvaro Morata. El croata tiene una gran relación con su capitán en el equipo inglés y durante su estancia en el Madrid, además de estar muy vinculado a su compañero croata, hizo muy buenas migas con los jóvenes que habían pasado por la cantera, como Álvaro Morata o Lucas Vázquez.

Una operación de oro

Su marcha fue de las que hicierono daño tanto al club, como a Zidane y los compañeros. Pero los casi 50 millones que se sacaron por su venta entre lo pagado por la primera cesión y el posterior traspaso hablan del croata como una gran operación del conjunto blanco.

Los consejos de Luka

Su amistad con Luka data desde casi el mismo día que Kovacic pisó Valdebebas. El 10 del Real Madrid se volcó con su compañero y le ayudó en la adaptación y fue hasta consejero en el momento del adiós. Modric le recomendó que siguiera, pero al verle tan convencido, no hizo otra cosa que apoyarle y hablarle de lo que se encontraría en Londres: «Siempre hablo con Luka. Por supuesto, él está feliz por mí. Está triste de que me vaya del Madrid porque estábamos todo el día juntos allí, pero me dijo que Londres es una ciudad increíble. Me dijo que la Premier League será difícil al principio, pero también que es una buena Liga, con los estadios siempre llenos y que disfrutaré mucho esta experiencia», dijo entonces Kovacic. «Mateo es un grandísimo jugador, que ayuda siempre mucho a sus compañeros en el centro del campo, es una garantía», dice de él Luka.

La decepción con Zidane, la admiración de Tuchel y la alegría de Dalic

Sus entrenadores siempre han volcado con él. Su actual míster en el Chelsea, Thomas Tuchel, destaca de él su capacidad de trabajo. «Le puedes llamar a las cuatro de la mañana para entrenar y ahí está el primero, va corriendo. Da gusto contar con jugadores así. Es un grandísimo profesional, con mucho trabajo, buen control del juego… Uno de los mejores centrocampistas».

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Zidane también tuvo siempre halagos para Mateo, aunque el final no fue el deseado para ambos. «Merecía jugar en esa final, pensé que me debía dar minutos ese día», dijo en una entrevista en Four Four Two Kovacic sobre la final de Kiev.

Su ahora seleccionador, Zlatko Dalic, también celebra el gran momento de Kovacic. Acertó con su salida del Madrid, tenía que jugar».

bookmark_borderLuka Modric se va quedando sin ‘amigos’ en su selección

Van quedando pocos de aquellos que rozaron la gloria mundialista. Lo bueno para Croacia es que van apareciendo nuevos y jóvenes talentos en el horizonte, que, además, lucen ese gen competitivo que tienen de serie los que nacieron en ese país mediterráneo. El inesperado golpe, el de la baja de Perisic, deja a Modric sin uno de esos que llegaron a la final del pasado Mundial.

Croacia no logra recuperarse de la baja de Perisic. Lo reconocen todos los que hablan, empezando por Dalic, el seleccionador. El delantero del Inter es básico en un equipo que depende en gran medida del talento de los veteranos, pero especialmente de dos jugadores como el citado Perisic y el madridista Luka Modric.

El jugador del Real Madrid es el guía, la referencia de Dalic en el terreno de juego y al centrocampista se agarran desde el país balcánico para plantar cara a España en busca de los cuartos de final de la Eurocopa. Modric representa el fútbol en su esencia más pura, sin gestos cara a la galería más allá de una profesionalidad que a los 35 años le mantienen como el mejor jugador de su selección y en un estatus muy parecido en el Real Madrid.

Croacia vivió su esplendor hace tres años en el Mundial de Rusia. De aquella selección subcampeona del mundo, la que peleó con Francia por la corona Mundial, tan sólo apuntan a titulares ante España cuatro jugadores tras la baja de Perisic y Lovren. Vida, Brozovic y Modric estuvieron presentes en Moscú y lo pueden estar en el Parken de Copenhague. Vrsaljko y Rebic fueron titulares en los dos primeros partidos, pero desaparecieron ante Escocia del once titular.

Ahora, ya sin jugadores con mucho peso en el pasado, como Ivan Rakitic, Mario Mandzukic o Subasic, Croacia ha comenzado a renovar el equipo, pero mantiene ese clásico sabor de lo añejo. De la lista del Mundial se mantienen hasta 12 jugadores, como el líder indiscutible que es Luka Modric junto a Mateo Kovacic y Marcelo Brozovic, jefes del centro del campo, Mientras que Vida, Lovren y Duje Caleta-Car imponen su experiencia y fortaleza con el atlético Vrsaljko y Josko Gvardiol en los laterales. Ante Rebic o Andrej Kramaric junto a Vlasic, sin olvidar a Bruno Petkovic, Brkalo y el osasunista Ante Budimir, que aún no ha tenido opción, son los encargados de llevar peligro al área contraria.

La selección croata ha sido la última capaz de meter más de dos goles a España. De eso ya han pasado 28 partidos.

bookmark_borderEl partido de Modric: de la bronca a Rebic… al consuelo a sus hijos

Modric sufrió a manos de España el adiós a la Eurocopa, después de llegar a la final en el Mundial de Rusia esta vez, tres años después, cayeron en el primer cruce. El capitán balcánico aguantó sobre el césped y participó de la remontada que valió la prórroga, pero acabó siendo sustituido con el 3-5. Ahí cerró una buena Eurocopa la suya, con su golazo con el exterior como rúbrica para la posteridad.

Empezando por la primera mitad. Si los jugadores de España miraron a Unai Simón en el gol de Croacia, los croatas pusieron sus ojos en Rebic tras el tanto de Sarabia. Eso sí, de diferente manera. Mientras los españoles animaron a su compañero tras el fallo, los croatas montaron una bronca monumental al extremo croata por estar tres minutos fuera del campo cambiándose las botas. Aprovechó la superioridad numérica La Roja para empatar el partido.

Modric fue el jugador que más se enfadó con su compañero, pidiéndole explicaciones por el cambio de botas y por la tardanza. También el seleccionador Zlatko Dalic se enfadó con su futbolista, que se fue a los vestuarios muy cabizbajo cuando el colegiado pitó el descanso. El toque del capitán y del entrenador fue tan serio que anímicamente se vino abajo.

El error de Rebic seguramente pasó inadvertido por la mayoría de los aficionados, pero Modric y Dalic tenían claro que jugar con diez les había perjudicado a la hora de defender esa jugada. De hecho, Sarabia llega solo de segunda línea para recoger el rechace y poner el empate.

Volviendo al juego, el 10 intentó armar el juego de su equipo, desgastándose sin balón pero sin perder la fe en lo que acabó sucediendo, ese empate in extremis. Ya en la prórroga, se llevó por delante a Pedri en una acción que pudo ser amarilla y se marchó al banquillo a seis del final. En cuanto acabó el duelo, saludó a los españoles y se fue a la grada a consolar a sus hijos. Don Luka Modric, genio y figura.

bookmark_borderEl equipo antes de todo…y de todos

Desde el mismo momento en el que Luis Enrique cerró su lista de convocados, en su cabeza tenía la idea de que para ganar la Eurocopa era necesario y hasta imprescindible, prescindir de algunos jugadores, de gestos que pudieran romper la convivencia del grupo. Eso era lo que estaba al alcance de la mano del seleccionador, no así todo lo que ha pasado a posteriori y que ha puesto a prueba a jugadores, técnicos y el resto de empleados que están alrededor de la España futbolística.

«Formo parte de un grupo de 24 jugadores y treinta y pico del staff, que aunque se dice siempre y es un topicazo, forma una familia. Nos han pasado multitud de cosas, no todas ellas positivas. Las hemos sabido solventar y el espíritu que se vive dentro de la selección es de mucha ilusión de mejorar, de ayudarnos. Uno cuando forma parte de un grupo es la mejor sensación, la más bonita. Cuando desaparece la palabra ego y aparece la palabra equipo, que empieza igual, pero que tiene otras letras diferentes, es una maravilla formar parte de ese equipo, no solo formado por futbolista, si no formado por mucha gente de muchos sectores, con muchas ganas de ayudar a España», afirmó el seleccionador tras el partido y después de ser preguntado por la felicidad que mostraba durante y después de lograr el pase a los cuartos de final.

La lista, el inicio de todo

La lista y la ausencia de Sergio Ramos fue el primer momento tenso en el camino de la Eurocopa. El seleccionador dio sus motivos para no contar con el entonces madridista, algo que alertó a muchos sectores del camsieta Real Madrid tailandia y que pasaron a considerarlo como enemigo de lo blanco por la ausencia del capitán y de Nacho. Si hubiera sido al revés, las críticas habrían llegado en la otra dirección. Algo parecido sucedió con el Celta e incluso con el Sevilla por Iago Aspas y Jesús Navas respectivamente. El técnico habló del equipo y los egos. Las interpretaciones son libres, pero todo coincide.

El Wanda y los gritos

El siguiente incidente llegó de la mano de los gritos en contra de Morata en el Wanda Metropolitano. Luis Enrique se puso por delante y pidió que los pitos y críticas fueran hacia él y que no señalaran a los jugadores, que lo único que podía conseguir era poner en duda el juego de los internacionales. Esa defensa gustó en el grupo, que lo tomaron como el primer mensaje de la imprescindible unidad.

Busquets, adiós al capitán

El positivo de Sergio Busquets y el episodio de Diego Llorente fue el siguiente escenario que se encontró la selección ya en plena concentración. El capitán, el que iba a ser la referencia tuvo que salir de Las Rozas en ambulancia, creando un estado de shock en la concentración. Los jugadores estuvieron durante una semana entrenando en solitario y no pudieron jugar ante Lituania. Incluso la Sub 21 tuvo que ser reclutada por si acaso, junto a jugadores como Albiol. Kepa, Brais Méndez…Todos acudieron a la llamada e hicieron piña a la distancia.

La vacuna, asunto de estado

Mientras, la vacuna se convirtió en asunto de estado, de debate parlamentario y de bar con b. Todo el mundo tenía su opinión. Luis Enrique exigió que todo aquel que estuviera en el staff fuera vacunado, algo a lo que en un principio sólo estaba reservado a los jugadores. El seleccionador tenía claro que la familia no puede dejar a nadie tirado y así procedió. El que no se quiso vacunar fue un Luis Rubiales que en todo momento ha confiado en el trabajo del técnico. Antes y ahora.

La competición se inició y los empates ante Suecia y Polonia, abrieron más debates con Morata de gran protagonista. «Jugarán Morata y diez más» afirmó el entrenador y el tiempo le ha dado la razón. Otro gesto que caló en el grupo.

El primer partido decisivo, el de Eslovaquia, llegó con la familia más unida que nunca. Gestos, carantoñas, besos… todo valía para mostrar lo que era el equipo. Goleada y subidón de confianza.

Los octavos pusieron a Croacia en el camino, pero lo que no se esperaba nadie es que se empezara el partido con regalo para los de Modric. Primer golpe, pero los jugadores seguían creyendo en lo que hacían y así llegaron los goles. Pero el fútbol no entiende de euforias y Croacia empató cuando nadie lo esperaba.

El resultado, una piña

La familia lejos de venirse abajo tiró de recursos. Apareció Unai Simón para enmendar lo que había hecho mal, para mas tarde ser Dani Olmo el que se puso a poner balones de gol, justo lo que logró Morata, sí el señalado y defendido por Luis Enrique. La piña fue espectacular. Todos tienen sitio en ella. La familia y uno más, como la película.

bookmark_borderNecesitábamos esta alegría y una tregua

Somos así, va en nuestro ADN. Excesivos, tremendistas e irracionales. Extremistas con nuestra postura, pasionales para defenderla y ventajistas para confirmarla. Si además andan de por medio un balón de fútbol y nuestro equipo los síntomas se agravan. Sólo en España se silba a un jugador de España. Sólo en España se piden dimisiones cuando ni siquiera ha acabado la primera fase. Sólo en España se pasa del negro al blanco en un segundo, para qué queremos grises. Sólo en España somos capaces de batir el récord goleador de esta Eurocopa y nuestro mejor registro anotador de siempre en grandes torneos después de dos ejercicios de impotencia ante la portería contraria, con dos penaltis fallados. Sólo en España el único que se va de una goleada tan rotunda sin un gol en su casillero y con un penalti fallado es el que más lo necesita, nuestro presunto goleador. Ay, Morata.

Somos así, y no vamos a cambiar. Pero necesitábamos esta alegría todos: los futbolistas, el seleccionador y una afición un tanto desconectada. Me temo que ahora faltan dos minutos para que empecemos a inflar el suflé de la euforia. A preguntarnos con quién ha empatado Croacia, ‘analizando’ que si le quitas a Modric los subcampeones del mundo no son para tanto. Habrá una tregua hasta el lunes pero la realidad es que seguimos divididos. Por eso nos cuesta tanto consolidar proyectos de futuro como el actual, porque somos nuestro peor enemigo, impacientes que sólo animan con viento a favor. Así ayudamos poco a una selección joven e inexperta como la de Luis Enrique. Dar palmas sólo cuando llegan los goles no tiene mérito.